Las diferentes culturas en el mundo han hablado de la Realidad Cuántica utilizando términos como viajes astrales, otras dimensiones, etc. Esta experiencia extra corporal ha fascinado a las civilizaciones a lo largo de la historia y los mayas no son la excepción. Los Mayas creían en un universo interconectado entre sí, donde las energías controlan a cada ser vivo y más aún, todo lo que existe es un enorme ser vivo que se modifica y se renueva constantemente.
“La estrella que palpita” es un enorme cuerpo celeste que se encuentra en el centro de la galaxia y que cada cierto tiempo emite una onda de energía que alcanza cada cuerpo celeste que se encuentra a su alrededor. El planeta tierra también recibe ese golpe energético y provoca la reacción de seres humanos, plantas, animales y la tierra como un todo. Esta es una de las profecías mayas: cuando llegue ese palpitar de la estrella el hombre entrará en una fase de transformación personal y será uno con el universo.
Con esta promesa de renovación los mayas creían en que el Acceso Consciente a la Realidad Cuántica no solo era posible sino que también era necesario para trascender a un plano de vida en armonía con el universo. En las profecías mayas se dice que esta onda energética de la estrella en el centro de la galaxia provocará en algunos seres humanos la capacidad de interconectarse con otros de manera mental y sutil: “entre todos sabrán comunicarse sin decir una sola palabra”, de esta manera el ser humano entrará en un estado de evolución superior y de interconexión con los otros seres vivos.
“La estrella que palpita” es un enorme cuerpo celeste que se encuentra en el centro de la galaxia y que cada cierto tiempo emite una onda de energía que alcanza cada cuerpo celeste que se encuentra a su alrededor. El planeta tierra también recibe ese golpe energético y provoca la reacción de seres humanos, plantas, animales y la tierra como un todo.
Pero, las profecías Mayas también lanzan una alerta: aquellos que no han desarrollado sensibilidad para con otros seres vivos en este plano de vida no podrán dar el salto cualitativo y será imposible que se unan a ese proceso evolutivo. Una clara advertencia a aquellos que son indiferentes ante el sufrimiento de nuestra madre tierra por las propias acciones del ser humano.
La comunicación intrapersonal utilizando solo nuestra conciencia se acerca mucho a las teorías de los onironautas, viajeros de los sueños que logran acceder a la mente de otras personas cuando estas duermen. ¿Será posible que sea de esto de lo que hablaban los mayas? ¿Será posible incluso que ya existan personas que hayan dado ese salto evolutivo de conexión con el cosmos y pueden ahora ser uno con los demás seres vivos? Como siempre, las respuestas solo pueden ser encontradas en un espacio de intima reflexión con nuestro yo.
Los mayas desaparecieron antes de que los españoles llegaran a tierras americanas, pero dejaron tras de sí un mar de conocimientos astrales que nos muestran la capacidad que tenían para observar y profundizar en los conocimientos ocultos en el cosmos. Sus lugares sagrados son, para quienes los visitan, una experiencia energética inolvidable donde se puede sentir la paz y la conexión natural de los que los mayas nos hablaban. Nuevamente vemos que las culturas antiguas tienen conocimientos aún ocultos y que pueden ser de vital ayuda para la sociedad actual.