El ser humano ha desarrollado una habilidad que lo transporta a un plano sobrenatural: los sueños, los sueños lúcidos y el viaje astral. En el mundo de los sueños todo es posible, no es necesario tener ningún conocimiento o habilidad previa, desde que somos niños podemos soñar y en nuestros sueños podemos recrearnos en nuestras más ansiadas fantasías o en nuestros peores temores.
Muchas culturas han tratado de explicar el motivo de los sueños pero hay algo más allá de la explicación humana, parece que los sueños nos dan la posibilidad de contactarnos con el ser creador y recibir de él orientaciones específicas que cambiarán nuestra realidad o la de nuestro entorno.
La biblia es el libro más leído en el mundo, existen en nuestro planeta más de mil millones de cristianos y este compendio de historias ha sido un canon para quienes creen en sus palabras. Pero este libro nos muestra que existieron soñadores que recibieron mensajes de un ser todo poderoso que les daba una misión. El primer registro en la biblia de un sueño provocado por el ser superior es el de Adán, para poder sacar una costilla y así crear a su pareja, Eva. Pero los mensajes comienzan con Abraham, del que derivan las tres grandes religiones monoteístas del mundo. Dios le dijo a este hombre en un sueño que su descendencia se multiplicaría por toda la tierra como efectivamente sucedió.
Quizás el más famoso soñador de la Biblia sea José, el hombre que predijo los siete años de bonanza y siete años de desgracia en el que caería el imperio egipcio, este hombre llegó a ser, según la biblia, el más poderoso de todo Egipto, solo un escalón por debajo del mismo faraón. Es increíble pensar que el Dios de los judíos se comunicaba casi siempre por medio de sueños, el Rey Salomón también tuvo un sueño en el que el creador le preguntaba: ¿que don quieres recibir? ¿La riqueza o la sabiduría? a lo cual el joven Salomón respondió que quería la Sabiduría.
Muchas culturas han tratado de explicar el motivo de los sueños pero hay algo más allá de la explicación humana, parece que los sueños nos dan la posibilidad de contactarnos con el ser creador y recibir de él orientaciones específicas que cambiarán nuestra realidad o la de nuestro entorno.
Todo el antiguo testamento se desarrolla en los sueños de reyes y profetas, pero también el nuevo testamento inicia con otro José soñador: Aquel que será designado como protector del Dios hecho hombre. José sueña que un ángel le pide aceptar a María como su esposa porque ella había sido escogida como la madre del Salvador. Pero la historia continúa y es a José a quien se le advierte en un sueño del peligro que corría Jesús en Belén y logra llevar a tiempo al niño y a su madre hacia Egipto.
La biblia finaliza también con otra historia que es un sueño: Juan, el discípulo amado de Jesús, entra en un profundo sueño en la isla de Patmos y ahí escribe el libro más enigmático de todos, el Apocalipsis, donde se narra lo que va a suceder con la iglesia primitiva y como serán juzgados los hombres con las calamidades que caerán sobre la tierra.
Una vez más los sueños llevan a los hombres a planos poco conocidos pero que nos dan mensajes que pueden cambiar a la humanidad.