Nuestra comunidad de soñadores en el mundo de habla hispana se está expandiendo rápidamente y con ello, nuestro deseo innato de seguir compartiendo el conocimiento y el despertar de la conciencia con el resto de los soñadores, que como lo fuimos nosotros en su día, actualmente buscan precisamente llegar a este encuentro.

Es por ello que este año la semilla de Zardezan ha sido sembrada aquí, en las hermosas tierras de Brasil. Este primer retiro es especial, porque es el símbolo de que no hay fronteras entre nosotros, que a través de la conciencia de los sueños en este caso, nos comunicamos en el mismo idioma y nos nutrimos mutuamente a través del intercambio de nuestras culturas y de nuestra propia individualidad.

Bajo el abrigo del invierno por primera vez, abriremos este espacio para conectar nuestros sueños y nuestro subconsciente, con amor y respeto, agradecidos con todos ustedes por llegar a este llamado, para tener la oportunidad de acceder juntos a realidades oníricas que transformarán enteramente nuestras vidas.